EL SECRETO QUE NO REVELARÈ/ Salomòn Borrasca


Si estuviera a mi lado no podrìa
repetirte las frases que marquè.
en las hojas cuarteadas de ese libro
en que se ha convertido mi pared.

Si leyeras las cosas que te escribo
en las cartas que nunca te enviarè
y en el diario que sirve de testigo
del secreto que no te revelè.

Si algùn dìa volvieras a mi lado,
sonreirìa sirvièndote un cafè,
y sabrìa el dolor disimularlo,
pues contarte el secreto para què...

Salomòn Borrasca




LA CARTA / Salomòn Borrasca


Escribèle una carta al ser que te ama tanto
y dime que me amas aunque no sea verdad.
Dime que soy culpable de que tu llores tanto
què importa en esta ausencia una mentira màs.

Escrìbeme una carta y dime en la posdata
si existe una manera para vivir sin tì,
si hay una receta para borrar de mi alma
la gloria que sembraste cuando llegaste a mì.

Salomòn Borrasca






OLOR A AUSENCIA / Salomòn Borrasca


Tengo miedo que un dìa al despertarme
no perciba a mi lado tu presencia
que las frases que dices al mimarme
en mi alcoba vacìa no se sientan.

Si se acaba el encanto de tu risa,
con que cada mañana me despiertas.
Dime amor yo como evitarìa
el tormento inevitable de tu a usencia.

Salomòn Borrasca


TE OLVIDARÈ / Salomòn Borrasca

Yo olvidarè tu amor sin reprocharte
el que tu amor tan solo me de penas,
como el soldado se olvida que lo esperan
como el gorriòn olvida ciertas tardes
yo olvidarè tu amor aunque me muera.

Yo olvidarè tu amor que fue tan puro
como las tardes de sol y de violetas.
Aunque padezca, pues tambièn me abrumo,
yo olvidarè tu amor sin odio alguno
con la grandeza del mejor poeta.

Salomòn Borrasca

ANTES QUE VOLVIERAS TU / Salomòn Borrasca


Hoy despuès de tantos años vienes a tocar mi puerta.
en la calle està lloviendo, lloraràs al descubrir
al tratar de darme un beso en mi piel algo reseca
que despuès de tanta espera aprendì a vivir sin tì.

Olvidarte no fue fàcil, te busquè con sufrimiento
en las hojas que caìan del frondoso aguagatal,
caminè tardes enteras por caminos polvorientos
sin temerle a la ventisca, al ciclòn ni al huracàn.

Varias noches de menguante estuve al pie de la ventana
esperàndo que entraràs por la puerta de bambù,
se volviò blanco mi pelo, la espera se prolongaba
y florearon los naranjos antes que volvieras tù.

Salomòn Borrasca


SULEIMAN / Salomòn Borrasca


Suleiman, de niña tenìas sueños de princesa,
mirabas el sol de los venados
y dibujabas mariposas,
sembraste muchos sueños en octubre
pero un engaño de amor lo destruyò todo.
Eres princesa
pero de el màs barato de los bares.
Tu belleza inocente se perdiò
en la maldita madrugada del viernes.
Suleiman, la vida es menos que un soplo,
un sueño futil que nos traiciona a todos.
Las esperanzas de agosto
siempre mueren en septiembre.
Suleiman, mariposa de lata
que en las noches vendes
el moho perverso de tus alas.

Salomòn Borrasca.





LA QUE INSPIRÒ MIS VERSOS / Salomòn Borrasca

Volveràn las noches de apacibles cielos
y vendrà el invierno despuès del estìo
pero nunca màs sobre el pecho mìo
dormirà la niña que inspirò mis versos.

En su breve sueño el errante ciego
verà un sol radiante sobre su camino,
pero nunca màs volverà conmigo
la preciosa niña que inspirò mis versos.

Volveràn las mirlas al tupido almendro,
tejeràn sus nidos bajo un sol cansado,
pero nunca màs volverà a mi lado
la preciosa niña que inspirò mis versos.

Salomòn Borrasca






ESAS MENTIRAS TUYAS

Me mientes cuando dices que me amas,
las caricias que me ofreces son fingidas,
se que mientes cuando afirmas que me estrañas
y los besos que me das son de mentiras.

Salomòn Borrasca








LA ESPOSA / Salomòn Borrasca

Dile amor a tu amante que la amas
y que cada que le llevas una rosa,
tu la cortas del huerto de esta esposa
a quien nunca le regalas ni una rama.

Se especial con tu amante que es tan buena,
no le faltes con detalles y con besos,
te ruego que la ames y la quieras
de esta forma tan profunda que te quiero.

Si algùn dìa te pide que me dejes
dile amor que soy sòlo una sombra,
que no pienso, que no opino y que me tienes
porque cuido en tu jardìn las mariposas.

Salomòn Borrasca





CUANDO YA NO ME QUIERAS / Salomòn
Borrasca


Cuando ya no me quieras y tu olvido me duela
y me enfrìe la espalda como sàbana frìa,
què me importa el perfume de la tarde que llega
o el recuerdo que dejas en mi cama vacìa.


Cuando ya no me quieras, què me importa la vida
què me importa el verano de la garza que vuela,
que si llueve de noche, si son largos los dìas
què me importa la vida cuando ya no me quieras.

Salomòn Borrasca


LABIOS DE SEDA / Salomón Borrasca


Busco el olor de unos labios
que extraviaron mis deseos,
eran pálidos, labios de seda,
silvestres como palmichas
y tímidos como pájaros.
Varias noches los tuve cerca,
tan cerca que pude olerlos
olían a sándalo,
mi lengua hambrienta
se los bebió bajo las albas
eran salvajes como ella,
eran vampiros en mi vagina
que con mis mieles se alimentaban,
perversos como las calles que recorría
y las esquinas en que se me desnudaba.
Labios de seda,
labios furtivos,
que extraviaron mis deseos.
Salomòn Borrasca




LA NOCHE DE LOS DESEOS / Salomón Borrasca


Esta noche será larga,
el olor de la calle me seduce,
saco las manos por la ventana
y la lluvia las moja.
Hay noches que miro la avenida
y siento que mis carnes vibran
al ritmo de las luces,
tengo tentaciones, deseos indescifrables,
ganas de fumarme un cigarrillo,
ansias de amanecerme en la calle,
ganas de bañar mi cuerpo en vaselina
para hacer muchas cosas prohibidas
entre las sombras de la madrugada,
tengo ganas de desbordarme.

Salomón Borrasca





VAGINAS ARDIENTES / Salomón Borrasca

Necesito de ti porque despiertas
el volcán que en mi piel había dormido
porque clavas tu lengua con violencia
como un huracán enfurecido.

Necesito de ti porque eres bella
porque ríes cuando es ruda mi suerte
por tu lengua delgada que es muy diestra
por tus dedos sedosos tan ardientes.

Necesito de ti loba salvaje
de tu modo de amar tan primitivo,
necesito de ti como el paisaje
necesita de el viento y el rocío.

SALOMÓN BORRASCA




CUANDO TE PONGO UN SENO/ Salomón Borrasca

Cuando le haces poses al espejo
con tu pequeña minifalda roja
me le acerco y tu te sonrojas
porque te pongo en la boca un seno.

No te me asustes es tan solo un juego
me unté en los labios brillo escarlata.
deja que caiga tu hermoso pelo
sobre la parte que suplica tu agua.

Quita mis pantis porque ya me mojo
este es el néctar que botó la rosa
y en este juego de las mariposas
yo hago las veces de esposo y esposa.

SALOMÓN BORRASCA



domingo, 21 de julio de 2013


Српски песници


Alfonso Gumucio Dagron (Buenos Aires, 1950- ) poeta, narrador, periodista, fotógrafo y cineasta. Redactor de la sección cultural del matutino "El Nacional", entre 1970 y 1971, trabajó en el semanario "Aquí" que dirigía Luis Espinal. Cursó estudios de cinematografía en París. Ejerció como funcionario internacional. Ha vivido en España, Francia, Nicaragua, México, Burkina Faso, Nigeria, Haití y Guatemala. Ha dirigido más de diez películas documentales y publicado 16 libros de ensayos, cuento y poesía. Obras principales: “Provocaciones”, “Cine, censura y exilio en América Latina”, “Razones técnicas”, “Los cines de América Latina”, “La máscara del gorila” (Premio Bellas Artes de Literatura en México, en la categoría de testimonio), “Historia del cine en Bolivia”, “Luis Espinal y el cine”, “Comunicación alternativa y educación en Bolivia”. Sus relatos aparecen en Seis nuevos narradores bolivianos y en Cruentos. “Interior mina”; obtuvo una mención en el Concurso Internacional de Cuento "La Palabra y el Hombre" en México. Además, es autor de cuatro libros de poesía y de varios estudios sobre temas de comunicación y cultura. Varias de sus obras han sido publicadas en francés y en inglés: Bolivie, Les Cinemas d’Amérique Latine y Popular theatre. Sus cuatro libros de poesía son: “Antología del asco”, “Razones técnicas”, “Sobras completas” y “Centímetros”. Dice en su poema Test:


sábado, 20 de julio de 2013

René Aguilera Fierro (Yacuiba, Gran Chaco, Tarija, 1947- ) poeta, ingeniero forestal, periodista y catedrático universitario. Autor de los siguientes libros de poesía, cuentos y leyendas: “Barquito de papel”, “Ventanas de inocencia” (poemas para niños), “Cien Cuentos del Folklore”, “Secreto” (humor), “Cuentos Chapacos I” (humor), “Leyendas, cuentos y tradiciones”, “Letras tarijeñas” (biografías de poetas y escritores 1890-2007), “Retazos de vida” (poemas juveniles), “Virgen de Chaguaya” (historia y leyenda), “Cuentos Chapacos II” (humor), “Doña María Santos” (cuentos y leyendas), “Cecilia I” y “Cecilia II, viaje al pasado” (cuentos para niños), “Corazón adentro” (poemas juveniles), “Cuentos Chapacos III” (humor), Santa Anita” (fiesta tradicional) y “El tesoro perdido” (cuento). Fragmentos de su poema Evanescencia:


Pedro Shimose (Riberalta, Beni, 1940- ) poeta, narrador, ensayista, periodista, dibujante y compositor de música popular. Desde 1971 vive en España, donde dirigió la colección "Letras de Exilio" en la editorial Plaza & Janés y la Biblioteca de Poesía Hispanoamericana en el Instituto de Cooperación Iberoamericano, donde es asesor de publicaciones. Premio Casa de las Americas (1972) por su libro "Quiero escribir, pero me sale espuma". Antología "Poemas, 1961-1985", que reúne ocho libros suyos, entre los que se pueden citar: “Triludio en el exilio”, "Sardonia", "Poemas para un pueblo", "Caducidad del fuego", "Reflexiones maquiavélicas", "Bolero de caballería", “Al pie de la letra”, “Riberalta”,“El Coco se llama Drilo” (relatos), “Diccionario de Autores Iberoamericanos” y el ensayo “Historia de la literatura latinoamericana”. Fragmentos de su Poema de amor:






Chairo con alguna notable poesía boliviana última Fuente: Pedro Granados --------El autor [peruano] reflexiona, luego de un viaje por ciudades bolivianas, sobre los versos que más le impactaron de la novel poética nacional. 1. Hace aproximadamente tres meses, y por 15 días (3 al 18 de febrero), viajé por Bolivia. Llevaba mi novela breve, En tiempo real, y colaboraba con Andrés Ajens en la presentación del número cinco de la revista Mar con soroche. De este modo llegué a La Paz, que es donde se inició esta especie de caravana literaria, pero también estuve en las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. Aquí fui secuestrado sólo unos minutos, felizmente, porque mis policías-secuestradores quizá se amilanaron con un par de nombres locales que les endilgué; aunque fue en Cochabamba, camino nuevamente a La Paz y luego al Perú, donde hurtaron del todo mi billetera (siempre venida a menos, por cierto). En realidad, todos estos fragmentos de episodios hacían sentirnos en casa —y en tiempo real— a Juvenal Agüero (personaje de mi noblogas) y a mí. Experiencias donde se intercalaban, oportunamente, otras de belleza ante el paisaje que visitaba y, por supuesto, de alegría ante la gente que conocía o reencontraba. Entre ésta varios poetas que me regalaron, aparte de la amistad, también sus libros. Con algunos de estos últimos, más otros que compré, he cocinado este “chairo” casero con sus rociados pellejitos crocantes de chancho y todo. 2. En este chairo propongo que Humberto Quino (1950), Jorge Campero (¿1952?), Juan Carlos Quiroga (1962), Benjamín Chávez (1971), tanto como Vilma Tapia (1960) y Jessica Freudenthal (1978) podrían escribir, juntos, un extraordinario poemario apócrifo. Es decir, siendo una marca tan importante en los versos de todos ellos cierta idea de la naturaleza —inspirada, por lo general, desde la urbe—, se vuelve pertinente o entrañable lo ecológico. Por cierto, lo ecológico entendido en sentido muy amplio; aunque rastreado en aquellas obras por las frecuentes referencias a animales y, digamos también, al hábitat humano. Obvio, en Jaguar azul (Campero), en Coitus ergo sun (Quino), en Pequeña librería de viejo (Chávez), en los poemas de Vilma Tapia y, curiosamente también, hasta en los textos de Quiroga y Freudenthal. 3. En este sentido, estableciendo una atrevida y no menos arbitraria ecuación, a la actualización mágica y ritual del mito cosmogónico en Campero —a sus versos henchidos de gracia e intenso testimonio— le correspondería, más bien, el “pensamiento débil” de Chávez ilustrado en un bestiario —frente al “puma” de su colega— constituido por animales menores, en aprietos o de escaso prestigio: kiwi, pez, tortuga, perro fiel, etc. A estos dos poetas —en este aspecto, opuestos entre sí— se les sumarían también, aunque por distintas razones, otros dos autores con poéticas disímiles; se trata de la dupla Quino/Quiroga. Frente a la autoconciencia grave, demiúrgica, maldita y trascendentalista del primero: “Cosido a un cuerpo/ Oculto su mal/ Se desgrana el iluminado (subrayado nuestro)” (Mapa de poema), de clara estirpe rimbaudiana, nos topamos con el aire ligero y casual —radicalmente antidemiúrgico— de la poesía del segundo (quizá la propuesta más postmoderna entre todos ellos). Contraste entre Quino y Quiroga que considero fundamental para orientarse con cierta precisión a través del cada vez más abigarrado mapa de la poesía boliviana actual. Me estoy refiriendo a la línea imaginaria que ahora mismo dividiría a los epígonos de Jaime Saenz (1921-1986) de los otros; en lúcidas palabras del mismo Juan Carlos Quiroga, tendríamos pues: “El uso elegante del mecanismo de la crítica a esa especie de agujero negro que ha constituido la poesía de Jaime Saenz. Casi indiferentes a la metafísica del lenguaje e inclusive a la trascendencia de la palabra, estos poetas [se refiere a los de su antología Siete acordes de la sinfonía del silencio] han descubierto que la escritura poética perdió no sólo su sentido, sino un lugar claro en el mundo.[...] Hay una especie de descreencia en la experiencia literaria, es decir, una falta de fe en el acto de escribir y en el acto de decir” (8)1. Por lo tanto, frente a la nítida y prestigiosa figura del poeta huidobriano o nerudiano, creador y poseso, tendríamos acaso las borrosas pinceladas —y sobre papel reciclado o de despacho— de los poetas a lo Nicanor Parra. Obviamente, quedan asimismo perfiladas el resto de posibles complementaciones y, sobre todo, de otras subsecuentes oposiciones; por ejemplo, la de Quino/Campero. Al respecto, cabe señalar que —entre todas las otras comparaciones— quizá sea este paralelo el más automático y socorrido hasta ahora: urbe/campo, subjetivismo/exteriorismo, racionalidad política/racionalidad mítica, etc. Sin embargo, otros debates son también posibles; como el Quiroga/Chávez, mientras la diferencia no sea únicamente la del sentido del humor del primero frente al segundo (¿paradigma Cortázar/Sábato?). 4.En cuanto al aporte de las poetas mujeres respecto de aquel poemario apócrifo, pienso que es absolutamente necesario. Dado el caso, postulo que, por ejemplo, los poemas de Vilma Tapia y Jessica Freudenthal son opuestos y, asimismo, también complementarios: “Pósate en mi mano gorrión hazme mansa” (Vilma Tapia, De Luciérnagas del fondo); Circe no duerme. Toca la piel y la convierte en animal: en perro, león, cerdo, serpiente, araña… Circe duerme ya, no está el Vellocino. Ulises está lejos. Sólo está la muerte circundando su lecho. Circe duerme ya. Jessica despierta. (Jessica Freudenthal, De Hardware) Sin embargo, a su modo —y en su género— considero que las propuestas de ambas poetas son análogas a las de Jorge Campero y Humberto Quino. Me explico. Mientras Tapia intenta rescatar y comunicar la esencia o el aura perdida de las cosas (entre éstas la de uno mismo o las de la diversa y compleja naturaleza), la poesía de Freudenthal, en palabras de Quino, “se desposa con una lúcida conciencia del desengaño [...] es al mismo tiempo una abertura sobre el horror de vivir, de amar, de morir” (9)2. Coinciden entre ellas también, eso sí, y contra lo que pareciera guardar ahora mismo muy poca importancia, en que las dos elaboran sus versos con el rigor y el cuidado y el pleno acierto del decir. 5. En todo este contexto, y ahora entre los representantes de la poesía del oriente boliviano, la poesía del consagrado narrador Homero Carvalho (1957) merece un comentario aparte. Sus temas marcadamente locales parecieran reelaborar, extemporáneamente, una suerte de indigenismo camba; sin embargo, mirados mejor, pronto se nos revelan antimelancólicos. Carvalho, además, no pretende hablar por otros; por el contrario, como en el caso del Inca Garcilaso en Los comentarios reales, lo suyo es un soliloquio donde el diseño de su arcadia (Los reinos dorados) funcionaría más bien como una utopía: “En los territorios/ de los Reinos Dorados/ el mundo sigue naciendo/ sin pasado que nos gobierne/ ni tristeza que nos condene/ el mundo es hoy y nosotros/ los amantes de este nuevo tiempo”. De algún modo, este autor nacido en el Beni ensaya una forma de amnesia del álgido presente que, tal como lo expresa bellamente su coterráneo Nicomedes Suárez-Araúz, “no significa la negación de la memoria, sino la expansión de la conciencia” (28)3. Diametralmente opuesto en su poética a la de Juan Carlos Quiroga, de Homero Carvalho rescataríamos, para la escritura de nuestro poema virtual, sin duda alguna el fervor: avis muy rara hoy en día. 6. Soy consciente de que mi panorama de la poesía boliviana última no es completo ni, mucho menos, exhaustivo; apenas si me he manejado con alguna, entre aquella culta y escrita sólo en español. Simplemente he pretendido, trazando una hipotenusa imaginaria, hacer un corte —espero en algo productivo— a una sandía exhuberante y en apariencia muy apetitosa. No existe el poema perfecto y, personalmente, el que aún no se ha escrito presumo siempre sea el mejor. Pienso que parte del problema puede radicar en el inadecuado talante o perspectiva del yo poético. Desde su pacto inicial —y decisivo con el lector— algunos autores quieren pasar por listos, otros por simpáticos o elocuentes, y no faltan algunos que, en vez de tratar de enternecernos, apelan de entrada a nuestra filantropía. Este pequeño texto no ha querido sino llamar la atención, en última instancia, sobre estas cosas. Es decir, que en tanto autores individuales nuestras obras pueden exhibir verdaderos hallazgos verbales, pero arrastrar también —en relación con el lector— involuntarias imposturas del yo poético. Creo que esto tiene que ver, sobre todo, con nuestra educación —tradicionalmente autoritaria, bancaria y clasista en toda Latinoamérica— antes que con nuestra sagrada subjetividad. Relación autor- lector que, en el caso particular de la poesía, lo es todo o casi todo en este mismo arte. ¿Quién dijo que la poesía está hecha sólo de palabras? Aquel poema ideal parecería ser más bien un conjunto orquestado y proporcionado de distintas cosas a través de una acaso frágil y opaca, pero no menos persuasiva, voz poética. ¿Urgente moción entonces, y ya en pleno siglo XXI, a favor de una práctica poética boliviana de corte colectivo? Fuente: www.laprensa.com.bo


escritores bolivianos Gary Daher, Jaime Nisttahuz, Erika Bruzonic, Gonzalo Lema, Adolfo Cárdenas, Ramón Rocha Monroy, Claudia Peña, Manuel Vargas, Rodrigo Urquiola Flores, Saúl Montaño, Heide Zürcher, Guillermo Ruiz Plaza